El Estado nacional invierte cada vez menos en el combate contra el tabaquismo

Por Walter Martello / En momentos donde el consumo de tabaco genera estragos sanitarios a lo largo y ancho del país, hay indicadores que generan alarma. Se destina 15% menos de presupuesto a la Prevención y Control de esta adicción, respecto al año 2018. También resulta muy preocupante la cantidad de mujeres que mueren por cáncer de pulmón: se incrementó 39% durante la última década.

Los recortes también alcanzan a la totalidad del Programa de Promoción de la Salud y Reducción de Factores de Riesgo de las Enfermedades No Transmisibles que, además de llevar adelante el Programa Nacional de Control de Tabaco, tiene como objetivo contribuir al mejoramiento de la salud de la población mediante la prevención del sedentarismo. Concretamente, la ley de presupuesto 2019 le había destinado $22 millones y actualmente tiene asignado $20,2 millones, casi $2 millones menos que el año pasado.

Las normas regulatorias a nivel nacional, provincial y municipal, que se sancionaron entre 2006 y 2011, contribuyeron a que baje el consumo. Pero muchas de ellas han quedado desactualizadas al no contemplar las nuevas estrategias que vienen desplegando las tabacaleras con los cigarrillos electrónicos, los saborizados, las promociones en los puntos de venta y la organización de fiestas privadas.

Si bien el consumo de tabaco en la Argentina está disminuyendo, al igual de lo que sucede en casi todo el mundo, en nuestro país se registra una de las mayores prevalencias de la región. A ello se le suma indicadores sanitarios preocupantes como el aumento de mujeres que mueren por cáncer de pulmón. El último registro indica que fallecieron 3176 mujeres en un año (1342 vivían en la provincia de Buenos Aires) como consecuencia de esta patología, 28% más que en la década pasada.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de tabaco es la causa más común del cáncer de pulmón y provoca cada año aproximadamente 1,2 millones de muertes en todo el mundo. El riesgo de contraer cáncer de pulmón a lo largo de la vida es hasta 22 veces más alto en las personas que fuman, en comparación con las que no. Las personas no fumadoras expuestas al humo de tabaco en el hogar o el lugar de trabajo tienen un 30% más de riesgo de contraer cáncer de pulmón. Después de 10 años de dejar de fumar, el riesgo se reduce a cerca de la mitad del de una persona fumadora.

El 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco 2019. Las campañas, definidas por la OMS, se centran en “el tabaco y la salud pulmonar”. El objetivo es concientizar sobre:

  • Las consecuencias negativas para la salud pulmonar de las personas que tiene el tabaco, que van desde el cáncer hasta enfermedades respiratorias crónicas;
  • El papel fundamental que desempeñan los pulmones para la salud y el bienestar de todas las personas.

Pese a los anuncios realizados oportunamente por el actual gobierno nacional, se sigue sin ratificar en el congreso nacional el Convenio Marco para el Control de Tabaco (CMCT), primer tratado internacional de Salud Pública, que Argentina suscribió en 2003.

Actualmente, la Argentina tiene el triste privilegio de ser el único país de América del Sur que no ha cumplimentado con este requisito. En total, en todo el mundo, 181 países ya lo han ratificado. Una de las razones principales por las cuales no somos Estado Parte del Convenio es la excusa de contar con una normativa local que se adapta a los estándares mínimos del tratado. Sin embargo, la ratificación es necesaria ya que el CMCT establece una serie de herramientas, medidas y mecanismos de cooperación internacional que no pueden ser reemplazados por políticas nacionales. En ese sentido, el Convenio tiene por objetivo proteger a la población contra las consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y de la exposición al humo. A su vez, brinda un marco para la aplicación de medidas que se propongan reducir la prevalencia del consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno. El tratado está basado en el derecho de todas las personas al más alto estándar de salud.

Además de no haber ratificado el convenio, existen otras iniciativas para limitar el tabaquismo que han naufragado en la Argentina. Por ejemplo, tomando en consideración que las medidas fiscales son las políticas sanitarias más efectivas para reducir el consumo de tabaco, se aumentaron los impuestos internos a través de un decreto presidencial en el año 2016. La medida solo tuvo un tuvo un efecto positivo sanitario en el corto plazo, y se terminó diluyendo, al aumentar la asequibilidad de los productos. Un año más tarde, se impulsó una reforma fiscal de impuestos internos al tabaco, que se aprobó en 2017 a través de la Ley 27430. Pero, hasta el momento, dicha modificación no está logrando el objetivo sanitario buscado al no implementarse el pago del impuesto mínimo por parte de distintas tabacaleras pequeñas que presentaron medidas cautelares.

Según la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), si se aumentara un 33% el precio real de los cigarrillos, el consumo de tabaco se reduciría en 10% y aumentaría la recaudación en $6.139 millones anuales, disminuyendo a su vez los costos sanitarios en $1.200 millones por año.

Otra medida que no ha logrado extenderse a todo el país, pese a que es recomendada por la OMS, es la prohibición completa de publicidad, promoción y patrocinio (PPP) de productos de tabaco. Sólo la provincia de Tierra del Fuego logró sancionar y reglamentar la primera ley del país en alcanzar una prohibición completa de toda forma de PPP, incluyendo la prohibición de la exhibición de los productos de tabaco. En el resto de las jurisdicciones, las tabacaleras realizan todo tipo de publicidades en los puntos de venta y también patrocinan fiestas privadas, donde se publicitan y consumen sus productos.

En tanto, en la provincia de Buenos Aires, en distintas comisiones de la Legislatura bonaerense se están discutiendo varios proyectos que buscan reformar la ley antitabaco. Entre otras propuestas, se impulsa la prohibición de fumar y/o usar vaporizadores en estadios de fútbol, plazas y parques; prohibir el funcionamiento de clubes de fumadores en salas de juegos de azar.

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