Por Walter Martello
Es muy probable que muchos de los niños, niñas y adolescentes (NNyA) que son reclutados por las bandas narco para la comercialización hoy no tengan festejo.
Constituyen una de las principales características de lo que puede denominarse como el proceso de descentralización del comercio de estupefacientes que se viene registrando en nuestro país, es decir carteles de poca oeganización pero que cubren gan parte del territorio “empoderando” a esos menores para la comercialización..
En Argentina el 68% de las drogas que ingersan al país son para consumiralas aquí.
En el 48 % de hogares del conurbano perciben de manera directa o indirecta que en su barrio se venden drogas.
Algunas investigaciones determinaron que el pago a menores se ejecuta con la misma droga dándoles 5 de cada 20 gramos que comercializan.
Lejos de estimatizar, tambien debemos decir que en las villas y asentamientos urbanos recrudece la problemática: 8 de cada 10 personas informan que observan venta de droga allí.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, señaló: La droga genera ingresos para jóvenes que en espacios legales no hay. Muchos encuentran una posibilidad, incluso, de un consumo extra. Obtener la droga para aliviar su sufrimiento. No son los criminales. Son las víctimas de un proceso de exclusión, marginalidad y adicción».
A diferencia de lo ocurrido en Colombia o México, donde grandes carteles mantuvieron durante décadas un control cuasi-monopólico del tráfico ilegal de drogas, en nuestro los liderazgos territoriales quedaron en manos de organizaciones locales, asociadas a su vez con mercaderes de la muerte que operan globalmente.
Un relevamiento realizado el año pasado por el Ministerio de Justicia de la Nación, en base a una encuesta realizada a más de 1000 presos de hasta 25 años, mostró que el 60% dijo haber estado bajo los efectos de la droga o el alcohol durante su primer delito. Y el 65% afirmó haber cometido un robo intrafamiliar para comprar estupefacientes. La gran mayoría también reconoció que compraba droga con el dinero obtenido en hurtos.
En ese sentido, lejos de ser un territorio de tránsito, la Argentina también se ha convertido en un centro de producción de estupefacientes en la mayoría de los casos por “estiramiento” de la sustancia importada, a partir de la proliferación de cocinas en los grandes centros urbanos, donde de forma “artesanal” se fabrican desde drogas de diseño hasta productos derivados por ejemplo de la pasta base de la cocaína.
Las bandas locales, que operan en cada barrio o localidad, tienen contacto directo con muchos de los NNyA que están excluidos del sistema.
En no pocos casos son sus propios vecinos, y hasta cumplen una suerte de “rol protector” ante la ausencia del Estado. En ese sentido, el hecho de que adolescente o preadolescentes ingresen al negocio narco a edades cada vez más tempranas no puede ser interpretado solamente como una salida económica, sino también como una cuestión ligada a poder satisfacer la propia adicción dentro de la organización narco de la que empiezan formar parte, pero tambien dela necesidad de ser , de pertenecer a cuestiones cada vez mas lejanas de un mundo globalizado.
Desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo vemos con preocupación el impacto que puede llegar a tener el deterioro de las condiciones socioeconómicas de nuestro país. La crisis de finales de los 90 y de 2001, conllevó a que se instalara el consumo masivo de pasta base, es decir, el tristemente célebre “paco” que conlleva una fuerte adicción y un acelerado deterioro cognitivo. Teniendo en cuenta estos antecedes, en distintos ámbitos políticos e institucionales temen que el encarecimiento del precio de la cocaína en la Argentina, producto de la devaluación, terminé derivando en una nueva proliferación de cocinas de drogas de baja calidad a los largo y ancho de la Argetina.
Desde todos los niveles del Estado debemos estar atentos. Es indispensable encarar un accionar preventivo que atraviese el sistema de salud, el sistema educativo, las fuerzas de seguridad y la propia Justicia. Solo de esta forma, trabajando mancomunadamente, tendremos posibilidad de desactivar esta situación social solo de estam manera tendremos a los NNyA en donde deben estra gozando sus derechos y no siendo parte del sistema que la mayoría de las veces los lleva a la carcel o a la muerte.