Por Walter Martello
En Argentina, el derecho a la salud, a la educación inclusiva, al transporte gratuito o a una pensión no contributiva no debería depender de un trámite burocrático. Sin embargo, la falta de acceso al Certificado Único de Discapacidad (CUD) se ha convertido en una barrera invisible pero brutal. Millones de personas con discapacidad viven fuera del radar del Estado, sin el reconocimiento formal que les permitiría ejercer sus derechos.
¿De qué hablamos cuando hablamos de emergencia?
Según los últimos datos disponibles, el 8% de la población argentina —más de 3,6 millones de personas— tiene alguna discapacidad. Pero sólo el 3,46% cuenta con el CUD. Esto significa que más de 2 millones de personas y sus familias están quedando afuera de derechos esenciales.
Tabla 1: Acceso al CUD en Argentina
Categoría | Personas | Porcentaje sobre la población total |
Población total | 46.234.830 | 100% |
Personas con discapacidad | 3.698.786 | 8% |
Personas con CUD | 1.594.888 | 3,46% |
Personas con discapacidad sin CUD | 2.103.898 | 4,54% |
Esta brecha no es sólo una cifra: es un límite a la dignidad, a la autonomía, a la posibilidad de vivir plenamente.
¿Qué implica no tener el CUD?
Las consecuencias son múltiples:
- Sin cobertura de salud completa (tratamientos, medicación, rehabilitación).
- Sin acceso a pensiones ni programas sociales específicos.
- Sin transporte público gratuito.
- Sin acceso a tecnologías de apoyo como sillas de ruedas, audífonos o lentes.
- Sin derecho a cupo laboral en el Estado o empresas que aplican políticas inclusivas.
El rostro más vulnerable: la niñez
Una de las situaciones más alarmantes es la de los niños, niñas y adolescentes. La proyección muestra que casi 470.000 menores de 14 años con discapacidad no tienen CUD.
Tabla 2: Distribución etaria de personas con discapacidad sin CUD (proyección nacional)
Edad | Personas | Porcentaje |
0 a 14 años | 469.571 | 22,3% |
15 a 64 años | 1.165.556 | 55,4% |
65 y más | 469.581 | 22,3% |
Sin CUD, la discapacidad en la infancia se vuelve doblemente invisible: por la edad y por la falta de reconocimiento estatal.
Educación: otra deuda estructural
Aunque hay más de 209.000 alumnos con discapacidad matriculados en escuelas especiales o comunes, la inclusión sigue siendo baja:
- Solo 1,31% de la matrícula total en escuelas comunes corresponde a estudiantes con discapacidad.
- En el nivel secundario, la cifra cae al 0,97%.
Esto demuestra que el sistema educativo aún no está preparado para incluir de manera efectiva.
Esteban Echeverría: una radiografía local
En nuestro distrito, la situación no es ajena:
Tabla 3: Estimación local
Categoría | Personas | Porcentaje sobre población local |
Población total | 338.480 | 100% |
Personas con discapacidad | 27.078 | 8% |
Personas con CUD | 11.709 | 3,46% |
Personas sin CUD | 15.369 | 4,54% |
Esto implica que más de 15.000 vecinos y vecinas de Esteban Echeverría no tienen garantizados derechos básicos.
Distribución por tipo de discapacidad en el distrito (CUD emitidos)
Tipo de discapacidad | Personas |
Motora | 2.963 |
Mental | 2.728 |
Intelectual | 1.195 |
Auditiva | 1.066 |
Visceral | 854 |
Visual | 562 |
Múltiples discapacidades | 2.342 |
Una política de Estado postergada
No contar con CUD significa quedar fuera del sistema de derechos. Es una doble exclusión: por la condición de discapacidad y por la falta de reconocimiento estatal.
Acceder al CUD debería ser automático y facilitado, no una carrera de obstáculos.
Conclusión
La emergencia de la discapacidad en Argentina exige una respuesta inmediata del Estado.
Es hora de implementar una política pública activa para que cada persona que necesite el CUD pueda obtenerlo sin barreras.
Porque sin reconocimiento, no hay derechos.
Porque sin derechos, no hay igualdad.
Porque sin igualdad, no hay justicia social.