Edad de inicio a los 12 años, intoxicaciones frecuentes y baja autopercepción del riesgo

Estos son algunos de los resultados del último relevamiento realizado por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, a cargo de Walter Martello. El estudio, que abarcó 632 niños, niñas y adolescentes que concurren a establecimientos educativos del Gran La Plata, mostró distintos indicadores cualitativos y cuantitativos que pueden servir de insumo para corregir, diagramar e instrumentar políticas públicas.

Según el estudio, casi el 70% de  los niños de 12 a 14 años manifestaron haber consumido alcohol alguna vez. Cuando la edad de la muestra se extiende a 17 años, la respuesta afirmativa de consumo llegó al 88,2%.

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Cabe destacar que el último informe oficial referido al consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, por parte de NNyA, fue publicado por la Sedronar hace tres años, con datos recolectados en 2014.

Durante la presentación, que se realizó en la sede del Círculo de Periodistas de la provincia de Buenos Aires, participaron autoridades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP): Martín López Armengol (vicepresidente académico); Sergio Lazo (secretario de Salud); Ana Rusconi (directora de Prevención de Adicciones) y Ana García Munitis (directora del Colegio Nacional). También estuvo presente Alejandra Sturzenegger, directora ejecutiva de la Fundación Florencio Pérez.

Walter Martello junto a la directora ejecutiva de la Fundación Florencio Pérez. Alejandra Sturzenegger

“Desde el año pasado, venimos trabajando de forma conjunta desde el Observatorio con el área de Salud y Adicciones de la UNLP y con el Colegio Nacional en tareas que hacen a la defensa y promoción de derechos. Coincidimos en muchos aspectos, tales como la necesidad de que la prevención y el tratamiento de las adicciones pasen a ser una prioridad en las políticas de salud pública”, dijo Martello.

Entre los principales resultados del estudio, se destacan:

👉La prevalencia de año  señala que prácticamente 8 de cada 10 consultados han consumido alcohol alguna vez en los últimos 12 meses.

👉La proporción no varía entre mujeres y varones. Entre las primeras, el 77,5% de las niñas y adolescentes admite el consumo durante el último mes, mientras que entre los varones ese indicador es del 78,7%.

👉 1 de cada 10 NNyA afirma que consume alcohol a diario y/o entre semana.  Más del 25% consume durante los fines de semana.

 

👉1 de cada 5 manifiesta consumir  5 o más tragos en una misma ocasión. Este volumen los ubica dentro del patrón “Binge Drinking” o “Consumo Episódico Excesivo de Alcohol”. Implica siempre una intoxicación.

👉 El consumo episódico excesivo de alcohol en mujeres presentan una leve mayoría: representan 57% de los casos y los hombres 43%.

👉A través de la aplicación del Test de Crafft, el 42% de la población estudiada manifiesta haber manejado en estado de ebriedad o haber viajado en un automóvil conducido por alguien que había consumido alcohol o drogas ilegales. Este dato adquiere particular relevancia en un país como Argentina donde, según las estadísticas oficiales, los accidentes de tránsito representan la primera causa de muerte en menores de 25 años.  

👉El test de Crafft también permitió determinar que el 46,8% de la muestra presenta indicios de consumo problemático de sustancias psicoactivas.

👉El  48% de los/las encuestados piensa que el alcohol es menos peligroso que la marihuana o la cocaína.

👉1 de cada 5 niños y adolescentes escolarizados declara no haber recibido información sobre los peligros para la salud humana causados  por el consumo de alcohol y/o drogas.

👉 El 45,1% consume bebidas energizantes mezcladas con alcohol. En el caso de los jóvenes de 18 o más años de edad este porcentaje trepa al 93%.

Propuestas

Durante su exposición, Martello también explicó una serie de propuestas para paliar el impacto del alcoholismo, especialmente entre niños, niñas y adolescentes. “La Ley Nacional de Lucha contra el Alcoholismo tiene más de 20 años y aún no se terminó de reglamentar. Necesitamos endurecer el marco legal de la publicidad, que contemple las redes sociales y distintos espacios públicos como los eventos deportivos, para evitar que el puñado de empresas que controlan este negocio sigan multiplicando sus ganacias a costa de la salud pública de la población. Hay que avanzar hacia un cambio paradigma que implique deconstruir el discurso de que el consumo de alcohol es sinónimo de diversión o éxito”, explicó Martello.

El Defensor del Pueblo Adjunto también propuso establecer nuevos parámetros de etiquetados de los envases de las bebidas alcohólicas: al menos el 20% de la superficie debería destinarse a leyendas sanitarias y mensajes de prevención. A su vez, Martello consideró que se debe incluir iconos más grandes y visibles en las leyendas sanitarias, y modificar el slogan “Beber con moderación”, dando lugar a otro tipo de mensajes vinculados a la salud pública. Por ejemplo: “El consumo de alcohol es nocivo para la salud”; “el consumo de alcohol en exceso produce accidentes de tránsito”; “el consumo de alcohol en exceso produce enfermedad cardiovascular, diabetes y cáncer”.

El responsable del Observatorio de Adicciones también remarcó que se debe reforzar el suministro de información referente a la prevención de las adicciones utilizando diversas vías y mecanismos: campañas de información y concientización sostenidas en el tiempo y con alta presencia en los medios de comunicación social, escuelas, clubes sociales y deportivos.

Derechos y obligaciones del Estado

Es necesario tener presente que NNyA son titulares de todos los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional y en los instrumentos internacionales de derechos humanos, varios con jerarquía constitucional. A la vez que gozan de derechos específicos por su condición de personas en etapa de crecimiento.

Asimismo, entre los objetivos y metas de desarrollo sostenibles (ODS) establecidas por las Naciones Unidas, está incluido tanto la salud como el bienestar, que constituye un compromiso transversal a gran escala. Entre las metas, la número 3.5 señala expresamente que los Estados deben fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo de alcohol.

 

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