Propuesta para que el etiquetado claro llegue a las bebidas alcohólicas

Ante índices de consumo en Argentina cada vez más preocupantes, se debe modificar la ley de prevención del alcoholismo, sancionada hace más de 24 años, para hacer frente al agravamiento del consumo problemático en nuestro país, situación registrada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Es necesario compatibilizar esta norma con el cambio que se avecina a partir de la próxima sanción definitiva del proyecto de Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos.

Desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense venimos planteando una propuesta que recoge experiencias exitosas en otros países de la región. La iniciativa, presentada por primera vez en 2018, es una respuesta al hecho de que año tras año nuestro país registra peores índices en lo que se refiere a consumo problemático de alcohol, especialmente entre adolescentes. Concretamente, exhibimos algunas de las tasas de prevalencia y consumo per cápita más elevadas en el continente. Así consta en el reporte 2020 sobre “Alcohol y la Salud en las Américas”, último informe realizado por la OPS[1] sobre la problemática, publicado en abril de este año:

  • Argentina es el segundo país de América, después de Uruguay y por encima de Estados Unidos y Chile, con mayor consumo per cápita de alcohol puro entre jóvenes de 15 y 19 años: 7,1 litros al año[2].

  • Es el tercer país de América con mayor prevalencia de Consumo Excesivo Episódico (CEE) de alcohol puro entre 15 y 19 años, después Estados Unidos y Uruguay. Este tipo de consumo implica beber 5 o más tragos en una misma ocasión e implica siempre una intoxicación.

  • Al analizar el consumo de alcohol en personas adultas (la OPS hace el análisis a partir de los 15 años de edad en adelante) Argentina se ubica en el cuarto lugar con 9,7 litros al año, por encima de Uruguay, Santa Lucía y Estados Unidos. Pero si desagregamos por sexo, nos encontramos con que el consumo per cápita por parte de mujeres (4,7 litros al año) es el más elevado del continente americano luego de Uruguay.

  • El informe de la OPS cita además una investigación sobre el marketing del alcohol y películas relacionadas con la juventud proyectadas durante el período 2004-2012. La conclusión fue que la mayoría contenía escenas de consumo de alcohol, ubicándose en primer lugar Argentina (93%), seguida por México y Estados Unidos (ambos con 83%).

 

  • De manera análoga, en un análisis de 14 países de América se observó que el porcentaje de jóvenes que dijeron haber visto anuncios publicitarios sobre el alcohol a diario o casi a diario fue más alto en Santa Lucía (44,6%), Argentina (42,7%) y Uruguay (35,5%).

Si bien los datos incluidos en el informe de la OPS son anteriores a la pandemia covid-19, hay indicadores que muestran que el contexto sanitario y epidemiológico del último año y medio no contribuyó a mejorar los indicadores de consumo de alcohol.

Por el contrario, según pudimos constatar en un relevamiento realizado en 2020 desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, 2 de cada 10 personas que ya consumían sustancias antes de la pandemia aumentaron dicho consumo -especialmente tabaco y alcohol- durante los períodos de aislamiento y/o distanciamiento[3].

Resulta claro que la regulación vigente en la Argentina no se ha aggiornado al impacto ocasionado por las nuevas tecnologías en lo que respecta al consumo, la promoción y la publicidad de las bebidas alcohólicas. Esta situación nos pone un paso atrás respecto a lo que sucede en otros países de América.

En Chile -país pionero en sistema de etiquetados y que hace unos años tenía indicadores de consumo por encima de lo que exhibía la Argentina- se le dio media sanción y está muy cerca de convertirse en ley una iniciativa que dispone que toda bebida con más 0.5 grados de alcohol deberá llevar en el envase una advertencia clara, precisa y visible sobre las consecuencias de su consumo nocivo.  Asimismo, el proyecto de ley con media sanción en el país trasandino prevé que se deberán incluir frases sobre los riesgos y consecuencias para poblaciones de riesgo, tales como embarazadas, menores de 18 años de edad, y conductores. Un sistema similar existe en México y en Estados Unidos[4].

En cambio, en la Argentina, según lo pudimos comprobar desde el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, las leyendas sanitarias en las etiquetas de bebidas con alcohol no alcanzan al 2% del total de la superficie y tampoco no brindan información clara a los consumidores. Por ello es indispensable avanzar con una reforma que garantice un espacio no inferior al 20% de la superficie de las etiquetas con leyendas sanitarias y de prevención; información nutricional y calórica, tal como lo establece el Código Alimentario Argentino para otro tipo de bebidas.


 

La propuesta también apunta a que las etiquetas incluyan iconos de fácil visualización en las leyendas sanitarias. Uno relacionado con “sin conduce, no beba” y otro que remita a las mujeres embarazadas con el mensaje: “Las embarazadas no deben beber alcohol”. Este mismo mensaje es de exhibición obligatoria en los comercios de la Provincia, a partir de la ley 11.748 y sus modificatorias que, además, prohíben la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años.

Otras leyendas con íconos o pictogramas, que deberían incluir las etiquetas de forma alternada, son:

El consumo de alcohol en exceso disminuye la capacidad del habla con coherencia.
-El consumo de alcohol en exceso altera la coordinación y el equilibrio.
-El consumo de alcohol en exceso incrementa las conductas agresivas
-El consumo de alcohol en exceso produce enfermedad cardiovascular, diabetes y cáncer.

También es necesario modificar el slogan “Beber con moderación”. La propuesta es que en los envases se pueda leer: “EL ABUSO EN EL CONSUMO DE ALCOHOL ES NOCIVO PARA LA SALUD”. Se trata de un cambio de enunciación, que incorpora la dimensión de un problema de salud pública, como es el alcoholismo.

Por otra parte, la Argentina también se debe una nueva regulación en materia Publicidad, Promoción y Patrocinio (PPP) conforme a estándares científicos y experiencias exitosas a nivel internacional, que sea abarcativa a todos los canales de difusión. Es decir, no perderle pisada al grupo de empresas monopólicas que, mediante inversiones millonarias, dirigen sus esfuerzos de marketing de bebidas alcohólicas a las redes sociales, a las redes sociales y a los influencers, como así también a sponsorear grandes eventos deportivos y musicales.

La mayoría de países que obtuvieron éxito en la lucha contra el consumo excesivo del alcohol partieron de la base de reconocer, abierta y públicamente, que se encontraban contra un problema que debe ser abordado a partir de políticas de Estado.

 

 

[1] https://iris.paho.org/handle/10665.2/53579

[2] La OPS explica que el nivel del consumo de alcohol en una población normalmente se expresa en litros de etanol (100% alcohol o alcohol puro) per cápita. Un procedimiento alternativo es reportar litros de etanol por cada persona de 15 años de edad o mayor. La edad de 15 años se elige como el nivel más bajo para reflejar que los niños no consumen bebidas alcohólicas en la mayoría de los países y que la mayoría de los consumidores de alcohol en muchos países, especialmente en economías de mercado establecidas, típicamente empiezan a consumir alcohol a unos cuantos años de esta edad.

En definitiva, si un vino tiene una graduación alcohólica de 13 cc por cada 100 cc significa que tiene un 13 % de alcohol absoluto.  

De esta manera, sino encontramos con una prevalencia de 7,1 litros de alcohol puro o absoluto equivaldría a unos 150 litros de cerveza al año.

[3] https://defensorba.org.ar/pdfs//informes-tecnicos-upload-2019/consumo-de-alcohol-informe-final.pdf

[4] https://www.ttb.gov/trade-practices/laws-and-regulations

SEGUIME EN TWITTER

[td_block_2 custom_title="MÁS INFORMES" block_template_id="td_block_template_9" limit="3" category_id="51" sort="random_posts" f_header_font_family="fs_2"]