Al conmemorarse hoy el Día de la Accesibilidad, la Defensoría del Pueblo bonaerense dio a conocer un relevamiento que abarcó a varios municipios bonaerenses. Detectaron ausencia de rampas de acceso, dispositivos lúdicos mal colocados y faltantes de señalización y en algunos casos deterioro de las instalaciones que impiden garantizar el pleno derecho al juego
La fecha está vinculada a la sanción en el año 1994 de la ley nacional 24314 que reconoce el derecho de todos a un entorno inclusivo. Esto no solamente incluye la necesidad de modificar o eliminar barreras arquitectónicas que impliquen dificultades para aquellas personas con discapacidad motora, sino también al derecho de todos aquellos que tienen alguna discapacidad a tener acceso a la información, a la Justicia, a la educación y a la salud.
La Defensoría del Pueblo bonaerense realizó un relevamiento sobre juegos inclusivos en diferentes municipios de la Provincia, donde se detectaron imposibilidades y carencias de accesibilidad. Por ejemplo, se constataron faltantes de señalización, ausencia de rampas de acceso para personas con movilidad reducida y fallas en la colocación de dispositivos lúdicos, los cuales no respetan la altura que requieren niños, niñas y jóvenes con discapacidades motrices. A su vez, en muchas de las comunas se pudo evidenciar un alto porcentaje de juegos con problemas de mantenimiento.
El estudio, que estuvo a cargo del defensor adjunto Walter Martello, finalizó a en los últimos días de diciembre y abarcó las distintas regiones del territorio bonaerense, tomando como referencia las localidades de La Plata, San Isidro, Mar de Ajó, Chascomus, Castelli, Almirante Brown, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora, Ensenada, Berisso, Chivicoy, Coronel Pringles, Carlos Tejedor, Azul y Benito Juárez.
En ese sentido, un equipo de la Defensoría constató in situ si estaban instalados o no alguno de los siguientes juegos integradores: estructuras de cilindros interactivos la cual debe garantizar el acceso para sillas de ruedas; hamacas que deben contar con un acceso de rampa que se adapta a las sillas de ruedas; calesitas, mangrullos y sube y baja cuya estructura permita el agarre de las sillas y a su vez tenga un suelo con características antideslizantes, etc.
“Si bien en algunas comunas se registran avances, vemos que todavía la mayoría de las plazas y espacios públicos no cumplen con las más elementales normas de accesibilidad para un universo muy importante de niñas, niños y adolescentes. En ese sentido, se está incumpliendo con lo establecido por la Convención de los Derechos del Niño, que tiene jerarquía constitucional en la Argentina, y que obliga a los Estados a garantizar el derecho al descanso, al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad”, concluyó Martello.