La ausencia en las campañas de la voz de los jóvenes y de su lenguaje en redes sociales conspira contra la reducción de la demanda de drogas

Participé en el 74° período de sesiones ordinarias de la Comisión Interamericana para el Control de Estupefacientes (CICAD), organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) que actúa como foro para que los Estados Miembros compartan sus opiniones y busquen soluciones al problema de las drogas.


Vivimos una era marcada por una cultura de la inmediatez, con impacto en el consumo y la comercialización. Pero las políticas públicas tradicionales de prevención y concientización no logran contraponer una contracultura comunicacional de hábitos saludables que tenga a los propios jóvenes como protagonistas. Esto se debe, en parte, a que cuando llega el momento de diseñar las estrategias la voz de quienes son o deberían ser las y los destinatarios, en este caso adolescentes y jóvenes adultos, es ajena.

Tenemos como ejemplo a seguir distintas campañas que se realizaron en diferentes países y regiones que resultan más eficaces al tomar la batuta niños, niñas, adolescentes y jóvenes adultos, aun en contextos complejos. En definitiva, ellos y ellas dejan de ser meros receptores de información y pasan a ser parte activa de las posibles soluciones.

Un nuevo paradigma es necesario dado que las cifras oficiales de consumo de drogas y adicciones nos muestran que estamos ante una problemática global que no deja de crecer. El Informe de Drogas 2023 de la ONU es realmente contundente: más de 296 millones de personas consumen estupefacientes, lo que supone un aumento de 23% con respecto a la década anterior. En tanto, el número de personas que padecen trastornos por consumo de drogas se disparó hasta los 39.5 millones, lo que supone una suba de 45% en 10 años.

América del Sur, región que incluye a la Argentina, no escapa a esta realidad. Por el contrario, el último informe ONU muestra que es una de las subregiones con la mayor proporción de personas en tratamiento por consumo de productos de la cocaína a nivel mundial.

Datos a tener wn cuenta son las muertes provocadas por sobredosis de drogas sintéticas: solamente en EEUU, durante 2022, fallecieron 100.000 personas por este motivo, de las cuales 70% fueron producto de sustancias basadas en precursores y fentanilo. Este fenómeno ya se trasladó a cinco países de América con carácter de preocupante.

Recomendaciones

Durante los plenarios de la CICAD, grupos de expertos elaboraron una serie de sugerencias destinadas a los estados para reducir la demanda de drogas. A saber

  • Esforzarse por fortalecer y ampliar la cobertura de programas y servicios relativos a la prevención, tratamiento y recuperación de los trastornos por consumo de sustancias, para minimizar los efectos adversos en la salud pública del consumo de drogas en el ámbito educativo, familiar, laboral y comunitario, con especial atención a las mujeres, la niñez y la población adolescente
  • Mejorar el acceso y ampliar la oferta de programas de tratamiento para mujeres, con la guía de estándares internacionales de calidad y considerando las necesidades especiales de las mujeres que proveen cuidados.
  • Apoyar a NNyA que se reincorporan al sistema escolar y fortalecer las actividades de atención y prevención.
    – Fomentar un enfoque integral, equilibrado, multidisciplinario y basado en la evidencia para abordar el creciente problema del uso no médico del fentanilo y otras drogas.

Aceeder a más información sobre mi presentación ante la CICAD

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